viernes, 2 de diciembre de 2011

La Pieza del mes. Diciembre de 2011


Peona con su cuerda
Madera, acero, cordel y moneda
Cáceres

Al parecer, el juego del trompo o peonza es de una gran antigüedad y, según varios autores, procede de Oriente, siendo muy importante y dotado de una enorme variedad en Japón y en China, de donde pasaría al mundo occidental. No sabemos cuándo comenzaron a usarse las peonzas de madera, pero se conocen algunos ejemplares de arcilla que fueron utilizados a orillas del río Eúfrates hacia el 4.000 a. C.
Los niños griegos y los romanos, que la llamaban turbo, incorporaron la peonza a sus juegos, apareciendo mencionada en escritos de Platón, Aristófanes, Ovidio, Catón y Virgilio; en las excavaciones de Troya y de Pompeya aparecieron varios trompos de barro, y en todo el continente americano, de norte a sur, ya era conocido antes de la llegada de los españoles.

La peonza tradicional española es, básicamente, un trozo de madera dura (predominan el boj o la encina) de forma cónica que lleva una púa de hierro incrustada en su vértice; algunas presentan también una pequeña coronilla de madera que le da una mayor estabilidad. Para hacer bailar la peonza es necesaria una cuerda fina, pero compacta y resistente que, enrollada alrededor de la peonza desde la punta hacia arriba, debe alcanzar unas tres cuartas partes de su altura; para que no se escape, la cuerda debe llevar en su extremo un tope, ya sea un nudo, un palito, una goma de las botellas de gaseosa, un platillo o chapa de botella o la conocida moneda agujereada que hacia 1930 y 1940 solía ser de 25 céntimos, y décadas después era de 50 céntimos (los dos reales) para terminar usándose la moneda de 25 pesetas acuñada en 1992 que lleva el ejemplar expuesto.

Para hacerla bailar, la cuerda se enrolla alrededor de la peonza sujetando la parte superior con el dedo índice y la punta con el pulgar, manteniendo el tope de la cuerda entre el índice y el corazón de la misma mano; así, se lanza rápidamente al suelo desenrollando y quedándose con la cuerda. Aunque se puede jugar en solitario, hay varios juegos colectivos de peonza, ya sea haciéndola girar en la mano, al corro, haciendo bailar las peonzas en un círculo del que deben salirse, a compañeros, procurando un equipo sacar del círculo los trompos del equipo contrario, sacando bolindres de un agujero (guá) con la punta de la peonza, a machadera, al desquite, etc.

La peonza recibe multitud de denominaciones locales en toda España, y por tanto también en Extremadura; en Cáceres es más conocida como peona, piona o peón, mientras que en Badajoz se la llama repión o repeón, repiona, etc. Se trata de un juego que tiende a desaparecer por la falta de práctica y conocimiento de la población infantil en la actualidad. La peona que exponemos responde al modelo tradicional español, dotado de corona, fabricado industrialmente por la casa Can Cels de Sant Pere de Torelló (Barcelona), y fue donada al Museo de Cáceres a finales de la década de los noventa del siglo pasado.



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