Molino
barquiforme
VI - V milenio a.
C. Neolítico.
Los Barruecos, Malpartida de Cáceres
Hace aproximadamente 9.000 años, la observación del entorno
permitió a los últimos grupos de cazadores-recolectores domesticar animales y
plantas, lo que supuso un gran cambio en sus modos de subsistencia. Hasta ese
momento la supervivencia dependía de la caza, pesca y recolección de frutos,
actividades que a menudo eran estacionales, como las migraciones de animales, o
dependían del desarrollo biológico de los vegetales, lo que ponía en riesgo
muchas veces su propia subsistencia al depender exclusivamente de recursos
salvajes.
La domesticación, tanto de animales, la ganadería, como de
plantas, la agricultura, permitió pasar a una economía de producción de
alimentos, sin olvidar totalmente su modo de vida. El ganado suponía una
reserva no solo de carne, sino también de productos secundarios como leche,
lana, pelo, piel, huesos o estiércol. A través de la cría selectiva, la
anatomía de los animales cambia, aumenta su tamaño, la lana es más abundante y
suave, todo dirigido a buscar una mayor producción. El pastoreo es el origen del
consumo de leche mas allá del periodo de lactancia en los humanos y de la
tolerancia a la lactosa, esta alergia por gran parte de la población hace
necesario la creación de nuevos recipientes para transformar la leche en queso
y alimentar a más población.
La agricultura suponía más trabajo, tiempos de espera,
nuevos útiles, pero garantizaba alimento a largo plazo y se podía almacenar el
excedente, para eso se inventa la cerámica. Los grupos humanos se hicieron
sedentarios, ya que había que controlar los cultivos, propiciando los
excedentes un aumento de la población.
La importancia de la agricultura convirtió la molienda en
una de las principales actividades, como demuestran los abundantes hallazgos de
molinos en las excavaciones. Los molinos se fabricaban sobre piedras duras como
el granito para evitar el desgaste por el continuo frotamiento. Constaban de
dos partes: la de mayor tamaño, durmiente o inferior, se rebajaba por las caras
para eliminar irregularidades y facilitar su estabilidad durante el trabajo,
dejando la cara superior o activa alisada. El cereal se depositaba sobre esta
cara. Mediante una mano o moledera también de piedra, de menor tamaño y forma
circular u ovoide, se generaba un
movimiento de vaivén arriba y abajo hasta convertir el cereal o los frutos en
harina.
La molienda se realizaba dentro de las viviendas o en las
inmediaciones, utilizando esteras para el suelo y así evitar la perdida del
cereal. Este trabajo era realizado frecuentemente por mujeres; la prolongada
posición, arrodillada y encorvada sobre la piedra de moler, en la que se
realizaba el trabajo, provocaba lesiones lumbares y episodios de artrosis sobre
todo en codos y muñecas.
Esta pieza fue recuperada en las excavaciones llevadas a
cabo entre los años 2001 y 2002, los análisis realizados detectaron la
presencia de restos de cereales y
bellotas que serían molidos para convertirlos en harina y permitir así
una mejor conservación.
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