Peona con su cuerda
Madera, acero, cordel y moneda
Cáceres
Al parecer, el juego del trompo o peonza es de una gran
antigüedad y, según varios autores, procede de Oriente, siendo muy importante y
dotado de una enorme variedad en Japón y en China, de donde pasaría al mundo
occidental. No sabemos cuándo comenzaron a usarse las peonzas de madera, pero
se conocen algunos ejemplares de arcilla que fueron utilizados a orillas del
río Eúfrates hacia el 4.000
a. C.
Los niños griegos y los romanos, que la llamaban turbo,
incorporaron la peonza a sus juegos, apareciendo mencionada en escritos de
Platón, Aristófanes, Ovidio, Catón y Virgilio; en las excavaciones de Troya y
de Pompeya aparecieron varios trompos de barro, y en todo el continente
americano, de norte a sur, ya era conocido antes de la llegada de los
españoles.
La peonza tradicional española es, básicamente, un trozo de
madera dura (predominan el boj o la encina) de forma cónica que lleva una púa
de hierro incrustada en su vértice; algunas presentan también una pequeña
coronilla de madera que le da una mayor estabilidad. Para hacer bailar la
peonza es necesaria una cuerda fina, pero compacta y resistente que, enrollada
alrededor de la peonza desde la punta hacia arriba, debe alcanzar unas tres
cuartas partes de su altura; para que no se escape, la cuerda debe llevar en su
extremo un tope, ya sea un nudo, un palito, una goma de las botellas de
gaseosa, un platillo o chapa de botella o la conocida moneda agujereada
que hacia 1930 y 1940 solía ser de 25 céntimos, y décadas después era de 50
céntimos (los dos reales) para terminar usándose la moneda de 25 pesetas
acuñada en 1992 que lleva el ejemplar expuesto.
Para hacerla bailar, la cuerda se enrolla alrededor de la
peonza sujetando la parte superior con el dedo índice y la punta con el pulgar,
manteniendo el tope de la cuerda entre el índice y el corazón de la misma mano;
así, se lanza rápidamente al suelo desenrollando y quedándose con la cuerda.
Aunque se puede jugar en solitario, hay varios juegos colectivos de peonza, ya
sea haciéndola girar en la mano, al corro, haciendo bailar las peonzas
en un círculo del que deben salirse, a compañeros, procurando un equipo
sacar del círculo los trompos del equipo contrario, sacando bolindres de
un agujero (guá) con la punta de la peonza, a machadera, al desquite,
etc.
La peonza recibe multitud de denominaciones locales en toda
España, y por tanto también en Extremadura; en Cáceres es más conocida como peona,
piona o peón, mientras que en Badajoz se la llama repión o
repeón, repiona, etc. Se trata de un juego que tiende a
desaparecer por la falta de práctica y conocimiento de la población infantil en
la actualidad. La peona que exponemos responde al modelo tradicional
español, dotado de corona, fabricado industrialmente por la casa Can Cels de
Sant Pere de Torelló (Barcelona), y fue donada al Museo de Cáceres a finales de
la década de los noventa del siglo pasado.