Todo el personal que preasta servicios en el Museo de Cáceres quiere desear a las personas que frecuentan este blog unas Felices Fiestas y un año 2013 lleno de salud, felicidad y paz.
Que los próximos 365 días sean mejores que los 366 que vamos a despedir es nuestro más ferviente deseo.viernes, 21 de diciembre de 2012
lunes, 3 de diciembre de 2012
La pieza del mes. Diciembre de 2012
Cachimba
Roca vitrificada y madera
El Gasco (Nuñomoral, Las Hurdes)
En la alquería hurdana de El Gasco se encuentra un montecillo que es conocido como “El Picu del Castillu”, sin duda porque se observan en él restos de un probable castro amurallado. Su principal particularidad es la presencia de un tipo de roca similar a la piedra pómez, la cual ha sido sucesivamente explicada por los científicos como los restos de una vieja actividad volcánica, de ahí la denominación de “El volcán de El Gasco”, el efecto del impacto de un meteorito, y últimamente como la vitrificación a que llegó la roca de la construcción defensiva debido al incendio de una gran cantidad de madera que tal vez la cubría.
Este material pétreo ha sido utilizado por los artesanos, durante generaciones, para la fabricación de diferentes elementos decorativos y, sobre todo, de cazoletas de cachimba. Lamentablemente, el yacimiento parece haber sido recientemente esquilmado para el aprovechamiento de la piedra en la industria del lavado de pantalones, pese a su valor arqueológico y a haber sido declarado Lugar de Interés Científico por la Junta de Extremadura mediante Decreto de 29 de julio de 2003.
Entre los hurdanos que se han dedicado a la fabricación de cachimbas en El Gasco destaca sin duda Eusebio Martín Domínguez, tío Eusebio, pastor de cabras, carbonero, hortelano y magnífico artesano; fabricaba cachimbas con madera de brezo y piedra del volcán, y otros enseres con madera de nogal. Tío Eusebio, que falleció en 1987, era además un verdadero archivo viviente de historias, anécdotas y cantares de Las Hurdes, un auténtico zajoril, es decir, hombre sabio y respetado, considerado bueno y justo, conocedor de las costumbres y capaz de mediar en pleitos y conflictos, con un buen conocimiento sobre medicina popular, artesanía y tradición oral.
Tío Eusebio fue quien empezó a vender las cachimbas en El Gasco, una tradición en la que continúan algunos artesanos como Cristino Crespo o José Aceituna, quienes siguen utilizando la misma técnica y materiales de trabajo de tío Eusebio. La cachimba de El Gasco puede ser entera de madera, fabricándose con cepa de brezo, olivo o nogal y decorándose al pirograbado con motivos de espiga o geométricos, o también con la boquilla de madera y la cazoleta de piedra del Picu del Castillu. La piedra se lima contra el suelo para darle forma y suavizarla, luego se moldea con un destornillador o cuchillo, con un tubo acodado se hace el agujero para poner el tabaco, y con un alambre se abre poco a poco el del tiro de la boquilla. Las de madera se decoran con un hierro apuntado (sobillón) calentado al fuego.
lunes, 26 de noviembre de 2012
Conferencia. Sorolla, Ortiz Echagüe y la indumentaria tradicional en la provincia de Cáceres
Mañana martes, 27 de
Noviembre, finaliza el
Ciclo de Conferencias “Historia y Patrimonio cultural de Cáceres
(II)” que ha sido organizado por el Museo de Cáceres y la Asociación "Adaegina" Amigos del
Museo de Cáceres. En esta ocasión, la conferencia que comenzará a las 19,45 horas, lleva por título “Sorolla, Ortiz Echagüe y la indumentaria tradicional en la provincia de Cáceres”, y será impartida por D. Juan M. Valadés Sierra, Director del Museo de Cáceres y Socio de “Adaegina”.
Juan M. Valadés Sierra es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad
Complutense de Madrid, en la especialidad de Prehistoria y
Etnología. Ha sido Técnico Superior en el Instituto de Conservación y
Restauración de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura (actualmente
Instituto del Patrimonio Cultural de España), (1986-1994) y Profesor Asociado de la Universidad Complutense
de Madrid (1992-1997); ha trabajado también como Técnico Superior de Museos (1994-1995)
y Conservador de Museos (1995-1997) en el Museo Nacional de Antropología
(antiguo Museo del Pueblo Español).
Desde Mayo de 1997 es Director
del Museo de Cáceres, donde viene desarrollando una intensa actividad de
difusión cultural además de redactar el Plan Museológico que habrá de servir
para la rehabilitación integral de los edificios del Museo por el Ministerio de
Educación y Cultura; además, es vocal del Consejo Rector del Museo Pérez
Comendador-Leroux de Hervás (Cáceres), Delegado para Extremadura del Consejo
Internacional de Museos (ICOM-CE), miembro de la Asociación Profesional
de Museólogos de España, de la Asociación
Española de Museólogos y de la Plataforma
Transfronteriza de Museos “Mouseion”, además de miembro del
Consejo de Redacción de la revista Etnicex
editada por la Asociación Profesional
Extremeña de Antropología.
Acerca de la emigración extremeña
durante la segunda mitad del siglo XX ha publicado dos libros y una decena
de artículos. Además es autor de numerosos trabajos sobre Patrimonio cultural y Museología, que ha publicado en revistas como Revista de Dialectología
y Tradiciones Populares, Anales del Museo Nacional de Antropología, Revista de Estudios
Extremeños, Revista de Extremadura, Alcántara, Museo, Revista de Arqueología, Ars
et Sapientia, etc.
Entre sus publicaciones más
recientes se encuentran “El Museo, de albacea de la memoria a producto
turístico”, en la obra colectiva Bienes culturales,
turismo y desarrollo sostenible
(Sevilla, 2010) o los artículos “Museos locales y museos provinciales en
Extremadura. Una mirada crítica”, en Revista
de Estudios Extremeños (2010) y “Vivir como un cura. El hogar de un clérigo
acomodado en Extremadura al final del Antiguo Régimen”, en la revista Etnicex (2011).
En 1994 publicó el artículo “La
indumentaria como símbolo regional. La tradición inventada en el caso del traje
femenino de Montehermoso”, y en la actualidad está ultimando una nueva
publicación sobre la indumentaria tradicional y la identidad extremeña, parte
de la cual conforma la conferencia que hoy ofrece.
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miércoles, 21 de noviembre de 2012
Conferencia. Tantas soluciones como casas, pero ¿Todas son válidas?
Mañana jueves, 22 de
Noviembre, el Museo de Cáceres y la Asociación "Adaegina" Amigos del Museo de Cáceres ofrecen, a las 19,45 horas, una nueva charla dentro del Ciclo de Conferencias “Historia y Patrimonio cultural de Cáceres
(II)”.
El título de la conferencia
es “Tantas soluciones como casas, pero ¿Todas son válidas?”, y correrá a cargo de
Dña. Mª Ángeles Ávila Macías, Profesora de Secundaria y Socia de “Adaegina”.
Mª Ángeles Ávila es Licenciada en Historia del Arte y Geografía por la Universidad de Extremadura; ha sido Becaria de
Investigación adscrita al Departamento de Historia del Arte de la universidad extremeña y Profesora Asociada a
tiempo parcial en la
misma durante varios cursos.
Ha formado parte también del Área de Rehabilitación Integral (ARI) de Sierra de Gata como técnico de Patrimonio, dependiente de la Consejería de Cultura durante varios años. Cuenta con publicaciones acerca de la vivienda tradicional en Extremadura y ha colaborado con Instituciones como el Consorcio de la Ciudad Histórico-Artística y Monumental de Mérida, el Centro de Información y Documentación Científica (CINDOC), o ADENEX, Asociación para la Defensa de la Naturaleza de Extremadura.
Ha
participado en proyectos de I+D+I con el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura en la catalogación del Patrimonio cultural de la zona de Ibores-Viluercas y Jara.
En la actualidad es
profesora de Enseñanza Secundaria en el Instituto Sierra de Montánchez, donde
además de realizar su labor docente, participa en microproyectos con los alumnos
acerca del Patrimonio de su comarca.
lunes, 19 de noviembre de 2012
Conferencia. El retablo en la Diócesis de Plasencia, siglos XVI-XVIII
Mañana martes, 20 de
Noviembre, se celebra en el Museo de Cáceres a las 19,45 horas, la tercera
charla del Ciclo de Conferencias “Historia y Patrimonio cultural de Cáceres
(II)”, organizado por la
Asociación “Adaegina” Amigos del Museo de Cáceres en
colaboración con el propio Museo.
El título de la conferencia
es “El retablo en la
Diócesis de Plasencia, siglos XVI-XVIII”, y correrá a cargo de
D. Vicente Méndez Hernán, Profesor de Historia del Arte de la Universidad de
Extremadura y Socio de “Adaegina”.
Vicente Méndez es Doctor en
Historia del Arte por la
Universidad de Extremadura, habiendo alcanzado el Premio de
Doctorado de la Uex.
Máster en Conservación y Restauración del Patrimonio
Arquitectónico y Urbano por la Universidad
Politécnica de Madrid, Escuela Superior de Arquitectura, ha
formado parte de 12 proyectos de Investigación I+D, subvencionados por el MEC y
la Junta de
Extremadura, actividad que en la actualidad continúa
vigente.
En la actualidad es miembro
del equipo que integra el proyecto subvencionado por el Ministerio de Economía y
Competitividad, titulado: Entre Toledo y
Portugal: Miradas y Reflexiones contemporáneas en torno a un paisaje modelado
por el Tajo. Desde 1996 se
dedica a la investigación del Patrimonio Cultural de Extremadura, lo que tiene
su reflejo en varios libros, como La
platería en la
Comarca de la
Serena (Siglos XVI-XVIII) )(2000); El pintor Antonio Juez Nieto (2002);
El escultor Pedro de Torre-Isunza
(2003); El retablo en
la Diócesis
de Plasencia (Siglos XVII-XVIII) (2004); El Taller de los Hermanos Tinoco (2007);
Maestros de hacer órganos en la provincia de
Cáceres (Siglos XVI-XIX); Catálogo razonado de la colección de grabados del
Museo de Bellas Artes de Badajoz (2008), etc. A ello se suma la serie
de publicaciones que ha realizado con motivo de la estancia de investigación que
realizó en Argentina en el año 2004.
Es Profesor Titular de
Historia del Arte, en el Departamento de Arte y Ciencias del Territorio de
la
Universidad de Extremadura y miembro del Grupo de Investigación
ARPACUR, de la
Universidad de Extremadura, dirigido por la profesora María del
Mar Lozano Bartolozzi.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Conferencia. El retablo de Morales de Arroyo de la Luz. Una nueva visión
El próximo jueves, 15 de Noviembre, a las 19,45 horas, se ofrecerá la segunda charla del Ciclo de Conferencias "Historia y Patrimonio cultural de Cáceres (II)" ofrecido por la Asociación "Adaegina" Amigos del Museo de Cáceres y por el propio Museo de Cáceres.
La conferencia lleva por título "El retablo de Morales de Arroyo de la Luz. Una nueva visión", y correrá a cargo de D. Fernando Claros Vicario, profesor de Bachillerato y socio de "Adaegina".
Fernando Claros es licenciado en Historia de la primera
promoción de la Universidad de Extremadura, en 1977 inició su docencia en
Barcelona, aunque a los dos meses consiguió una plaza en el Colegio Libre
Adoptado de Alcántara, del que fue Secretario. Tras superar las oposiciones de Agregado, es
destinado en expectativa de destino al Instituto de Bachillerato de Navalmoral
de la Mata, siendo varios años Secretario de dicho Instituto.
Tras un año también en expectativa en el
Instituto de Bachillerato “El Brocense” de Cáceres, consigue la plaza
definitiva en el IES “Santa Eulalia” de Mérida, siendo Jefe de Estudios de
dicho centro. Obtiene el traslado al IES “Luis de Morales” de
Arroyo de la Luz, en el que desempeña el cargo de Jefe de Estudios y gana la
cátedra de Geografía e Historia. Al mismo tiempo desarrolla en este centro una
gran actividad con la AMPA, organizando visitas a Toledo, Ávila, Salamanca,
Cáceres y Mérida. En estas mismas fechas publica, en colaboración con otros
profesores el material multimedia “Monumentos arquitectónicos de Extremadura”.
Su último destino fue en el IES Norba Caesarina,
centro en el que llevó la coordinación de las Tecnologías de la Información y
Comunicación hasta su jubilación. Durante este período se afilió a "Adaegina",
siendo durante un tiempo vocal de Arqueología. Actualmente realiza el curso de
voluntariado del Museo de Cáceres.
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lunes, 12 de noviembre de 2012
Conferencia. La cerámica enchinada en la alfarería tradicional de la provincia de Cáceres
El martes 13 de noviembre
comienza el ciclo de conferencias "Historia y Patrimonio cultural de Cáceres
(II)", organizado por la
Asociación "Adaegina" Amigos del Museo de Cáceres y por el
propio Museo.
La primera charla lleva por título
"La cerámica enchinada en la alfarería tradicional de la provincia de Cáceres",
y será impartida por D. Miguel Alba Calzado, Director del Consorcio de
la Ciudad
Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida, en el Salón de
Actos del Museo a las 19,45 horas.
Miguel Alba es arqueólogo del
Consorcio de la
Ciudad Monumental de Mérida. Licenciado en Historia por
la
Universidad de Extremadura en 1987, así que cursó sus estudios
en Cáceres. En Mérida trabaja desde 1990 a nuestros
días.
Desde el año 2001 al
2005 ha
desempeñado el puesto de director de las excavaciones arqueológicas en Mérida.
En 2006 y 2007
ha estado adscrito al Instituto de Arqueología del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas para desarrollar varios temas de
investigación (Alcazaba, Foro Provincial, puesta en valor de los restos de la
calle Reyes Huertas y Morería).
Desde el año 2009 al presente es el
director científico del Consorcio de la Ciudad Monumental de
Mérida.
Ha participado en más de ochenta
campañas de excavación, la más importante la del Área Arqueológica de Morería,
en Mérida (de 12.000
m2) desde 1990 a 1998 como director de la
excavación (proyecto que aún dirige). Además, codirige el proyecto de
investigación de la
Alcazaba de Mérida y ha formado parte de los equipos de
excavación en la
Basílica de Santa Eulalia de Mérida, Santa María de Melque en
Toledo, Torre de Hércules en La
Coruña, Iglesias paleocristianas y altomedievales de
Extremadura, ciudad de Tusculum –Italia-, el Foro Provincial de Mérida, etc.
Ha publicado más de un centenar de
trabajos sobre arqueología romana, de época visigoda e islámica, centrados en
Mérida y sobre etnografía dedicados a la cerámica extremeña y a sus precedentes
desde el siglo XVI.
Es miembro del equipo técnico
fundador del Museo de Alfarería de Salvatierra de los Barros y del equipo que
organiza las jornadas técnicas que sobre alfarería se organizan, desde 1995 al
presente, en Salvatierra y en San Pedro do Corval (Portugal), con motivo de
la Feria
Ibérica de la Alfarería y el
Barro.
En resumen, posee un perfil
profesional de arqueólogo urbano y ceramólogo, especialmente dedicado a
la
Tardoantigüedad y a la Alta Edad Media, que
provisionalmente está realizando tareas de gestión del conjunto monumental de
Mérida.
martes, 6 de noviembre de 2012
Ciclo de Conferencias
Ciclo de Conferencias «Historia y Patrimonio cultural de Cáceres» (II)
Del 13 al 27 de Noviembre de 2012
Programa
La cerámica enchinada en la alfarería tradicional de la provincia de Cáceres
Por D. Miguel Alba Calzado,Director del Consorcio de la Ciudad Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida
Jueves, 15 de Noviembre
19,45 horas
El retablo de Morales de Arroyo de la Luz.Una nueva visión
Por D. Fernando Claros Vicario,Profesor de Secundaria y Socio de Adaegina
19,45 horas
El retablo de Morales de Arroyo de la Luz.Una nueva visión
Por D. Fernando Claros Vicario,Profesor de Secundaria y Socio de Adaegina
Martes, 20 de Noviembre
19,45 horas
El retablo en la Diócesis de Plasencia, siglos XVI-XVIII
Por D. Vicente Méndez Hernán,Profesor de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura.
19,45 horas
El retablo en la Diócesis de Plasencia, siglos XVI-XVIII
Por D. Vicente Méndez Hernán,Profesor de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura.
Jueves, 22 de Noviembre
19,45 horas
Tantas soluciones como casas, pero ¿Todas son válidas?
Por Dña. Mª Ángeles Ávila Macías, Profesora de Secundaria y Socia de Adaegina
19,45 horas
Tantas soluciones como casas, pero ¿Todas son válidas?
Por Dña. Mª Ángeles Ávila Macías, Profesora de Secundaria y Socia de Adaegina
Martes, 27 de Noviembre
19,45 horas
Sorolla, Ortiz Echagüe y la indumentaria tradicional en la provincia de Cáceres
Por D. Juan M. Valadés Sierra,Director del Museo de Cáceres y Socio de Adaegina
19,45 horas
Sorolla, Ortiz Echagüe y la indumentaria tradicional en la provincia de Cáceres
Por D. Juan M. Valadés Sierra,Director del Museo de Cáceres y Socio de Adaegina
Organizan: Asociación «Adaegina» Amigos del Museo de Cáceres y Museo de Cáceres
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miércoles, 31 de octubre de 2012
La pieza del mes. Noviembre de 2012
Plato «ratinho»
Finales del siglo XIX, principios del siglo XX
Dolmen de la Era de los Guardas, Cedillo
La cerámica o loza ratinha era un tipo de cerámica popular portuguesa, algo tosca y grosera, que se elaboraba en pequeños talleres familiares de Coimbra, entre el segundo tercio del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, en oposición a la cerámica más fina y conocida de Coimbra de amplia tradición.
Os ratinhos, era la forma en la que eran conocidos los jornaleros de regiones como Beira o Minho, que se desplazaban de forma estacional, especialmente al Alentejo, para trabajar en la recolección de las cosechas.
Con el tiempo el término se volvió sinónimo de rústico, tosco o rudo y terminó por dar nombre también a este tipo de cerámica que se caracterizaba por tener una pasta poco depurada, y un vidriado amarillento y con poco brillo debido a una menor presencia de estaño. La decoración se aplicaba con esponja y pincel, siguiendo el método típico de los pintores de loza de Coimbra. Al tratarse de producciones populares presentaba poca variedad de formas, limitándose a platos, palanganas, bacías de barberos o algunas jarras para vino o agua. Las familias de jornaleros no tenían hábito de comer en platos individuales, normalmente se usaban grandes platos, donde se colocaban los alimentos y los comensales picaban de allí con las manos o con su cubierto.
Pero lo que ha hecho popular a esta cerámica son sus variados motivos decorativos: vegetales, geométricos, arquitecturas, paisajes, destacando los figurativos, especialmente los zoomorfos como aves, peces y figuras fantásticas, o los tipos populares masculinos y femeninos e incluso retratos y caricaturas. Su carácter infantil y naif muy cercano al gusto contemporáneo los ha convertido en preciado objeto de anticuarios y coleccionistas.
La pieza de este mes es un plato de temática figurativa, de los más característicos, representando a una mujer tocando una guitarra. El vidriado es de escasa calidad, con poco esmalte base y errores de cocción en los colores. La base es plana ligeramente deformada y las paredes abiertas de borde redondeado. En su interior una figura femenina tocando la guitarra. Las manos, la guitarra y los topos del vestido son de manganeso, las líneas de la falda y las mangas de color melado con el vedrío muy perdido. Alrededor hay una alternancia de topos de color melado rebordeados de manganeso, o manganeso completo, y hojas verdes que forman dos coronas concéntricas de topos y follaje. Todo decorado y enmarcado con doble línea sencilla de manganeso sobre el borde.
Lo más significativo es que el plato fue encontrado en la excavación arqueológica del Dolmen de la Era de los Guardas, en La Regañada, Cedillo. El dolmen, construido hace 5.000 años por las primeras comunidades de agricultores y ganaderos, había sufrido la erosión perdiendo el túmulo de piedras que lo recubría y protegía los enterramientos, quedando en pie las piedras hincadas de la cámara funeraria, estas estructuras ahora visibles son conocidas en la zona como «fornillos» derivado de la utilización de estos espacios como improvisadas cocinas para la elaboración de alimentos durante las faenas agrícolas. Las piedras clavadas permitían el resguardo del fuego contra el viento y la concentración del calor a modo de cocina improvisada; el plato estaba sobre un empedrado con señales de fuego.
Os ratinhos, era la forma en la que eran conocidos los jornaleros de regiones como Beira o Minho, que se desplazaban de forma estacional, especialmente al Alentejo, para trabajar en la recolección de las cosechas.
Con el tiempo el término se volvió sinónimo de rústico, tosco o rudo y terminó por dar nombre también a este tipo de cerámica que se caracterizaba por tener una pasta poco depurada, y un vidriado amarillento y con poco brillo debido a una menor presencia de estaño. La decoración se aplicaba con esponja y pincel, siguiendo el método típico de los pintores de loza de Coimbra. Al tratarse de producciones populares presentaba poca variedad de formas, limitándose a platos, palanganas, bacías de barberos o algunas jarras para vino o agua. Las familias de jornaleros no tenían hábito de comer en platos individuales, normalmente se usaban grandes platos, donde se colocaban los alimentos y los comensales picaban de allí con las manos o con su cubierto.
Pero lo que ha hecho popular a esta cerámica son sus variados motivos decorativos: vegetales, geométricos, arquitecturas, paisajes, destacando los figurativos, especialmente los zoomorfos como aves, peces y figuras fantásticas, o los tipos populares masculinos y femeninos e incluso retratos y caricaturas. Su carácter infantil y naif muy cercano al gusto contemporáneo los ha convertido en preciado objeto de anticuarios y coleccionistas.
La pieza de este mes es un plato de temática figurativa, de los más característicos, representando a una mujer tocando una guitarra. El vidriado es de escasa calidad, con poco esmalte base y errores de cocción en los colores. La base es plana ligeramente deformada y las paredes abiertas de borde redondeado. En su interior una figura femenina tocando la guitarra. Las manos, la guitarra y los topos del vestido son de manganeso, las líneas de la falda y las mangas de color melado con el vedrío muy perdido. Alrededor hay una alternancia de topos de color melado rebordeados de manganeso, o manganeso completo, y hojas verdes que forman dos coronas concéntricas de topos y follaje. Todo decorado y enmarcado con doble línea sencilla de manganeso sobre el borde.
Lo más significativo es que el plato fue encontrado en la excavación arqueológica del Dolmen de la Era de los Guardas, en La Regañada, Cedillo. El dolmen, construido hace 5.000 años por las primeras comunidades de agricultores y ganaderos, había sufrido la erosión perdiendo el túmulo de piedras que lo recubría y protegía los enterramientos, quedando en pie las piedras hincadas de la cámara funeraria, estas estructuras ahora visibles son conocidas en la zona como «fornillos» derivado de la utilización de estos espacios como improvisadas cocinas para la elaboración de alimentos durante las faenas agrícolas. Las piedras clavadas permitían el resguardo del fuego contra el viento y la concentración del calor a modo de cocina improvisada; el plato estaba sobre un empedrado con señales de fuego.
lunes, 1 de octubre de 2012
La Pieza del mes. Octubre de 2012
«Tough going in Laos» (2009)
Stefan Hoenerloh (Karlsruhe, Alemania, 1960)
Óleo, acrílico y pigmento sobre papel
Stefan Hoenerloh nace en 1960 en Karlsruhe, donde estudió Historia del Arte, Filosofía, Música y Estudios Germánicos.
En 1980 se traslada a Berlín, donde vive y trabaja desde entonces. Es un extraordinario pintor que ha expuesto en diferentes ferias de arte como ARCO, TEFAF, Art Cologne, Liste Berlin, Art International New York y Art Karlsruhe.
Su cautivadora pintura muestra visiones arquitectónicas de lugares que no representan ni al pasado ni al futuro. Sus mágicos y sorprendentes lugares, donde el artista no incluye nunca a la figura humana, provocan en el espectador un asalto de múltiples interrogantes.
Stefan Hoenerloh es un excepcional pintor, un contemporáneo de los maestros antiguos, de técnica perfecta. Su temática principal es la arquitectura, la ciudad construida, pero solo en secciones, donde se vislumbra el pasado, con una pátina (sucia y elegante a la par) que lo envuelve todo, renunciando a la imagen de una arquitectura real. Es una arquitectura del vacío, sin presencia humana, sin animales, sin plantas... Pero las arquitecturas no parecen deshabitadas, existen sutiles trazas de vida.
Las pinturas de Hoenerloh nos recuerdan, a veces, un dolor insoportable, evocador de trágicos acontecimientos dramáticos del presente y de siglos pasados. A primera vista, sus paisajes urbanos parecen ser vistas fieles de escenas de la ciudad, cuando en realidad son pura ficción. Se las arregla para producir esta impresión de realidad gracias a su infalible sentido de los espacios urbanos y de las composiciones arquitectónicas. Pero su temática no es tanto la arquitectura como el paso del tiempo, que se materializa en un medio inmóvil como la arquitectura; la densidad de sus espacios urbanos y la monumentalidad de los edificios sugieren una sociedad poderosa que se ha fosilizado. Incluso en ausencia de testigos humanos o de cualquier signo de vida cotidiana, un retorno a la vida parece inminente en las evocadoras escenas que construye, un tanto kafkianas. Stefan Hoenerloh nos muestra una civilización avanzada que se ha colapsado, y nos advierte contra la vanidad del hombre y los peligros de sus ansias de poder.
Esta obra fue adquirida por la Junta de Extremadura en la Feria Iberoamericana de Arte Contemporáneo-ForoSur 2010 y depositada en el Museo de Cáceres para formar parte de su Sección de Bellas Artes.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Mujeres: tipos y estereotipos
Mujeres: tipos y estereotipos
Fotografías de José Ortiz Echagüe
Del 13 de Septiembre al 30 de Noviembre
La obra del fotógrafo José Ortiz Echagüe (Guadalajara, 1886 – Madrid, 1980) es hoy día una de las más valoradas por quienes se dedican al estudio de la fotografía española del siglo XX. La exposición Mujeres: tipos y estereotipos. Fotografías de José Ortiz Echagüe contiene una selección de obras de los fondos conservados en el Museo de Traje Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; el recorrido expositivo permite acercarse a uno de los grandes afanes de Ortiz Echagüe, el de documentar tipos humanos en vías de desaparición, especialmente visibles en sus retratos femeninos.
La exposición que presentamos ha sido posible gracias a la iniciativa del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y, tras haber itinerado por otras Comunidades Autónomas, llega a nuestra región de la mano de la Consejería de Educación y Cultura y del Instituto de la Mujer del Gobierno de Extremadura.
La intención documental que es común a la fotografía de los primeros decenios del siglo XX se ve enriquecida en el caso de Ortiz Echagüe con un vivo interés por la recreación de la vida popular española y, sobre todo, con su intencionalidad artística, patente en las cuidadas composiciones, la estudiada iluminación y una técnica personal y artesana de positivado al carbón directo sobre papel Fresson, que ya era retardataria cuando nuestro artista comenzó a usarla.
Ingeniero militar y piloto, Ortiz Echagüe desarrolló una brillante carrera profesional que le llevó a dirigir grandes empresas como CASA (Construcciones Aeronáuticas S.A.) o SEAT. Imbuído del espíritu regeneracionista del 98, en su obra fotográfica buscó, sin embargo, la plasmación de una España prístina, atemporal e incontaminada que desaparecía a ojos vista plasmada en el folklore, los monumentos, las tradiciones o los trajes populares.
Para fijar esa imagen premoderna de España, el artista no dudó en construir, elaborar o incluso inventar motivos o escenas cuando lo consideró conveniente; su serie España: tipos y trajes es una clara muestra de ello, con tipos humanos, escenarios y rituales que Ortiz Echagüe comenzó a fotografiar hacia 1915 y que empezó a publicar desde 1929 en su famoso libro del que llegó a conocer una docena de ediciones hasta 1971.
El valor artístico de la obra de Echagüe ha sido considerado siempre por la crítica científica muy por encima de su importancia documental; él mismo reconocía la preparación de sus escenas colocando a los modelos y haciéndoles vestir las incómodas ropas de sus antepasados, recorriendo además las mismas rutas culturales que otros artistas, como Sorolla, habían marcado para recuperar esa España que se perdía ante el avance de la modernidad. Pero del aprecio artístico suscitado por su obra da idea el que se viera reflejada en filmes como La Aldea Maldita (Florián Rey, 1930 y 1942) o Boda en Castilla (Augusto García Viñolas, 1941) o en el propio Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937.
En lugar de representar a las personas desarrollando su vida cotidiana en el contexto en que viven, Ortiz Echagüe elige el primer plano como medio de aislar al personaje y, de alguna manera, convertirlo en un icono. En el caso de la mujer, mucho más representada por la mayor riqueza e interés de su indumentaria, las fotografías no están exentas de una cierta carga sexual, buscando el artista aumentar el misterio que se intuye tras los mantos y velos que a menudo cubren total o parcialmente el rostro femenino.
Junto al juego del descubrimiento de lo oculto, Ortiz Echagüe nos ofrece también la complicidad en muchos de sus retratos, reflejada en una mirada o en un gesto de clara sensualidad; por el contrario, en otras ocasiones la mujer baja la mirada como intimidada por el hombre que es el fotógrafo. En todo caso, la mujer aparece como modelo pasiva, a la que los pesados ropajes y los cuidados encuadres confieren esa sensación de inmutabilidad y permanencia que otorga atemporalidad a la obra de Echagüe.
Entre las más destacadas obras de nuestro artista, hay que reseñar la serie realizada en Montehermoso en 1931; con ella, Ortiz Echagüe logra unas escenas ya clásicas que, junto a la pintura de Sorolla conservada en la Hispanic Society de nueva York, han influido determinantemente para que el traje femenino de Montehermoso sea el símbolo de Extremadura que hoy es.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Programa de Voluntariado
Programa de Guías Voluntarios Mayores
Primera
sesión de trabajo para las personas mayores de 55 años interesadas en
formarse como guías voluntarios del Museo de Cáceres para grupos
escolares y de Mayores.
Salón de Actos del Museo de Cáceres, Lunes 10 de Septiembre a las 11,00 de la mañana.
¡Sólo es preciso venir con mente abierta, espíritu inquieto y ganas de ser útil a los demás! Os esperamos.
Salón de Actos del Museo de Cáceres, Lunes 10 de Septiembre a las 11,00 de la mañana.
¡Sólo es preciso venir con mente abierta, espíritu inquieto y ganas de ser útil a los demás! Os esperamos.
viernes, 31 de agosto de 2012
La pieza del mes. Septiembre de 2012
Entre los enseres domésticos más usuales, han sido indispensables los cántaros, jarros, calderos, ollas y chocolateras, pero también los braseros, alambiques y calentadores de cama, todos ellos hechos con chapa de cobre, que en Extremadura y otras zonas limítrofes solían comprarse a artesanos de Guadalupe.
En efecto, el oficio de la calderería en la villa de Guadalupe parece remontarse a finales de la Edad Media, con unos inicios que suelen vincularse, sin pruebas fiables, a la llegada de artesanos alemanes o italianos. En todo caso, la manufactura del cobre se desarrolla, como otros oficios artesanales, a la sombra y por el impulso del Monasterio jerónimo y por la demanda de la multitud de peregrinos y transeúntes que éste atrajo durante varios siglos. A lo largo del tiempo llegaron a funcionar dos molinos con martinete para el batido de la chapa de cobre en el río Guadalupejo y otro más en el Ruecas, todos ellos propiedad del monasterio; en 1752 el batido de cobre empleaba a ocho artesanos a sueldo de los monjes, y la fabricación de recipientes con la hoja de cobre suministrada por los martinetes daba trabajo a dos oficiales, dos aprendices y siete maestros caldereros, que además hacían las tareas de tratantes de sus productos dentro y fuera de la Puebla de Guadalupe. Como es habitual, el oficio del cobre pasa de padres a hijos, siendo de destacar las familias Ramiro, Valmorisco o Prada en el siglo XVIII, o las Collado y Sierra en el XX. En los años veinte del siglo pasado funcionaban 16 talleres de cobre en Guadalupe, que en la actualidad se han reducido a la media docena.
El cobre solía formar parte del ajuar de las novias en Extremadura, que acostumbraban a aportar al matrimonio dos cántaros, dos jarros, dos medidas, dos calderetas, un caldero y una espetera con sus cazos y sartenes, piezas imprescindibles que, como puede verse, solían encargarse por parejas. Muchos de estos objetos llevaban remates o detalles de hierro, como las asas o el refuerzo de la base, o de latón, que solían ser detalles decorativos que identificaban al artesano por su personal factura, y además se les aplicaba un baño de estaño en el interior cuando eran destinadas a la preparación o consumo de alimentos.
Entre los utensilios habituales en estos ajuares, el escalfador o escalzaor es una curiosa pieza que sirve para calentar el agua junto al fuego y para rociarla a voluntad; era utilizado por los barberos en el afeitado, pero abarcaba otras facetas de la higiene corporal e incluso se usaba en la cocina para la preparación de alimentos, como las migas, que requieren la aspersión de agua fría o caliente.
La pieza que exponemos está fabricada con una sola chapa de cobre troquelada y doblada sobre sí misma, y tiene la característica forma cilíndrica y abombada en su parte inferior, está reforzada en la base con un aro de hierro claveteado, y posee también un asa de hierro en forma de “S”. La tapa, agujereada con trece orificios y sujeta al cuerpo de la pieza por una cadenita, está hecha en latón al igual que la franja que decora la parte superior del cuerpo, denticulada en su borde inferior y con un motivo serpenteante a base de eses invertidas y círculos repujados. Es parte de la colección formada por el placentino D. Pedro Pérez Enciso y depositada en el Museo de Cáceres por la Excma. Diputación Provincial.
viernes, 17 de agosto de 2012
Nuevo Blog de la Tienda del Museo de Cáceres
Desde el pasado mes de Julio, el Museo de Cáceres ha puesto a disposición de sus usuarios el nuevo servicio de la Tienda del Museo.
El proyecto es gestionado por la Asociación Cultural Lemon y Coco, y sus beneficios se aplican a la organización de las actividades culturales que la Asociación lleva a cabo en la Comunidad extremeña.
La tienda ofrece el usuario recuerdos de su visita al Museo, tales como camisetas, gorras, tazas, chapas o imanes con motivos alusivos a las colecciones del Museo, además de todas las publicaciones disponibles del Museo de Cáceres.
Para acceder directamente a toda la oferta de la tienda, haga clic Aquí.
martes, 31 de julio de 2012
La pieza del mes. Agosto de 2012
En los ejércitos del siglo XIX, la misión de la caballería ligera (cazadores) era obtener información mediante la observación del enemigo e impedir que éste pudiera obtenerla; los cazadores actuaban en orden abierto y disperso, y sus caballos eran más rápidos, ligeros y de menor alzada que los de la caballería de línea (cuerpo de dragones y coraceros). El jinete carecía de protecciones precisa-mente para aligerar el peso, pero llegado el momento en la batalla podían combatir como caballería de línea, aunque con desventaja en el choque dado su menor peso y alzada.
El Cuerpo de Caballería Ligera de Cazadores de Guadalajara, reconocido por la Regencia, se creó por disposición de 24 de diciembre de 1811 y fue organizado por D. Juan Martín Díaz “El Empecinado” con cuatro escuadrones y 320 caballos, con partidas de guerrilleros montadas que fueron militarizadas. Fue adscrito al 2º Ejército de Valencia, Aragón y Cuenca dentro de la División Volante del Empecinado o de Guadalajara; está división estaba formada por dos Batallones de Voluntarios, uno de Guadalajara y otro de Madrid, un Batallón de Tiradores de Sigüenza, una Compañía de Alemanes y un Regimiento de Caballería. Los Cazadores de Guadalajara combatieron a lo largo de 1812 en las provincias de Madrid y Segovia, luchando el 31 de mayo de 1813 en la acción de Talamanca, y participando en octubre de ese año en el bloqueo de Tortosa.
Hacia abril de 1813, con los Cuerpos de Caballería de Línea de Cuenca, de Dragones de Soria, de los Cazadores de Guadalajara y Madrid, y el de Húsares de Aragón, se formaron 13 escuadrones, entre ellos tres de Guadalajara, siguiendo el reglamento que dice “…cada Regimiento constará de tres escuadrones… y cada escuadrón de tres compañías, cada compañía de 60 caballos y 71 hombres”. Tras aplicar el reglamento, el Regimiento de Cazadores de Guadalajara constará de 630 hombres y 549 caballos, dependientes del 2º Ejército.
Un nuevo reglamento se aplicó a finales de 1814, componiéndose ahora cada Regimiento de 5 escuadrones y cada escuadrón de 2 compañías; en total 10 compañías con 544 hombres y 434 caballos, contando con cuatro oficiales al mando (un capitán, dos tenientes y un alférez). Cada compañía constará de la siguiente tropa: un sargento primero, tres sargentos segundos, un trompeta, cinco cabos primeros, 5 cabos segundos, cuatro carabineros o granaderos, 24 soldados montados y 11 soldados desmontados. Este reglamento será a su vez reformado por otro de 1 de junio de 1815, el cual establece que el Regimiento de Guadalajara pase al de Húsares. Cada Regimiento quedaba compuesto por cuatro escuadrones de dos compañías cada uno y la Plana Mayor, formando cada compañía 94 hombres (un capitán, un teniente y dos alféreces, un sargento primero, cuatro sargentos segundos, un trompeta, cinco cabos primeros, 67 soldados montados y siete desmontados) y 83 caballos. En total el Regimiento al completo lo formaban 773 hombres (44 oficiales y 729 soldados) y 668 caballos; este Regimiento desapareció en 1818, refundiéndose con el Regimiento de la Reina.
La pieza metálica que exponemos pertenecería, por su tamaño, a la bandolera y cartucherín del jinete, que lleva la leyenda «CABALLERÍA LIGERA CAZADORES DE GUADALAXARA». Durante la Guerra de la Independencia, Badajoz es liberada por los ingleses en abril de 1812 y el paso de Almaraz en mayo siguiente, por lo que Extremadura queda a partir de ese momento libre de franceses, salvo algunas escaramuzas, por lo que no parece probable que los Cazadores de Guadalajara actuasen en nuestra región.
Fabián Lavado Rodríguez
viernes, 29 de junio de 2012
La pieza del mes. Julio de 2012
Rafael Romero, El Gallina (1981)
José E. Lamarca (San Isidro, Buenos Aires, 1939)
Fotografía en blanco y negro
José E. Lamarca (San Isidro, Buenos Aires, 1939)
Fotografía en blanco y negro
La fugacidad puede capturarse. Es posible hacerla palpitar entre los blancos y negros de una fotografía. Contra el propio corazón. La emoción puede retratarse; la ha atrapado para siempre la sensible lente de Lamarca.
El argentino José E. Lamarca nace en San Isidro, Buenos Aires en 1939 y en los años sesenta se inicia como fotógrafo realizando trabajos de documentación periodística. En esa época entabla relación profesional con los fotógrafos Rolando Paiva y Humberto Rivas y retrata a numerosos escritores y artistas de su país. Ejerció de fotógrafo sindical para denunciar las condiciones de vida de diversos colectivos de trabajadores de Argentina y Chile, y esto le costó el exilio. En 1972 huyó de Argentina acompañando al ballet de Antonio Gades y se instaló en España.
Tras largos años de intensa relación personal con los flamencos, Lamarca ha realizado una importante memoria gráfica de la historia del cante, el toque y el baile de las últimas décadas. Ha rehuido, por lo general, fotografiar a los artistas en el escenario, entre la maraña entorpecedora de micrófonos, y ha buscado el retratarlos en su propio medio, en escenas cotidianas o en el estudio, para acentuar con su visión la personalidad de cada uno de sus modelos.
Los retrata con la sobriedad inquietante del blanco y negro. Lo hace de forma árida, directa, dura y entrañable a un tiempo, mágica y real, sin concesiones, como es el arte del flamenco. La mirada que Lamarca proyecta sobre sus retratados es sosegada y la sencillez con que ilumina las escenas posibilita que el espectador contemple sin obstáculos ni indicaciones añadidas a unos personajes que tienen un universo propio.
Poco importa que la imagen haya sido captada hace cuarenta años o antes de ayer, la firma del artista es inconfundible, porque se trata de un autor que posee el talento de estar a la vez presente y ausente, de permitir al sujeto manifestarse entre unas refinadas fronteras tácitamente prefijadas; es el retratista discreto, aislado del mundanal ruido y del artificio, que reconoce al otro y da testimonio de su existencia.
La fotografía que exponemos nos muestra a Rafael Romero, “El Gallina”, cantaor nacido en Andújar (Jaén), en 1910. Con un cante fuerte, hondo y al mismo tiempo lleno de sutileza sacada del corazón, ha sido premiado en numerosas ocasiones, sobre todo con el Premio Nacional de Cante en 1973 y 1974.
Esta fotografía formó parte de la exposición “Elke Stolzenberg y José Lamarca” celebrada en el Museo de Cáceres en 1999, que daba a conocer las obras de estos dos fotógrafos que viven por y para el flamenco, y al año siguiente ingresa en el Museo, como depósito de la Junta de Extremadura, junto a otra del mismo artista, “Paco de Lucía y Camarón”.
miércoles, 27 de junio de 2012
Primeros pasos del nuevo Grupo de Voluntarios
El 13 de Junio tuvo lugar en el Museo de Cáceres la reunión anunciada como primera toma de contacto para la captación de nuevos Guías Voluntarios Mayores para explicar el Museo a grupos escolares y de mayores. La reunión contó con la participación de D. Juan Francisco Rivero Domínguez, en representación de la Confederación Española de Aulas de la Tercera Edad, entidad creadora e impulsora del programa.
Un total de 24 personas se han inscrito como interesadas en el programa de Guías Voluntarios Mayores en el Museo de Cáceres, si bien otras varias personas se han dirigido al Museo en los últimos días, por lo que aún es posible apuntarse, bastando para ello con enviar un correo electrónico manifestando el interés a nuestra dirección: museocaceres@juntaextremadura.net.
El curso de formación dará inicio el próximo lunes, 10 de Septiembre; las personas inscritas recibirán información completa de la convocatoria.
El curso de formación dará inicio el próximo lunes, 10 de Septiembre; las personas inscritas recibirán información completa de la convocatoria.
miércoles, 13 de junio de 2012
Programa de Guías Voluntarios
El Museo de Cáceres fue pionero en la ciudad en poner en marcha, en 1999, un programa de Guías Voluntarios Mayores que ha venido funcionando a plena satisfacción durante más de una década.
A lo largo de estos años, miles de escolares y de mayores han visitado el Museo de la mano de nuestros voluntarios, que entregan su tiempo libre de manera altruista para el mejor conocimiento de nuestro Patrimonio cultural.
Con la intención de mantener y ampliar tan necesario servicio, el Museo de Cáceres convoca a todas las personas mayores de 55 años que dispongan de tiempo libre y ganas de ser útiles, a formar parte de nuestro grupo de Guías Voluntarios. Para ello no es necesario tener una formación académica especial ni conocimientos previos sobre el Museo, ya que recibirán la formación necesaria de la mano de los técnicos especialistas y la correspondiente credencial oficial de Voluntario.
Quienes estén interesados deben acudir a la reunión informativa que se celebrará en el Salón de Actos del Museo el miércoles, 13 de Junio, a las 19,30 horas.
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