lunes, 30 de abril de 2012

La Pieza del mes. Mayo de 2012


Molino barquiforme
VI - V milenio a. C. Neolítico.
Los Barruecos, Malpartida de Cáceres




Hace aproximadamente 9.000 años, la observación del entorno permitió a los últimos grupos de cazadores-recolectores domesticar animales y plantas, lo que supuso un gran cambio en sus modos de subsistencia. Hasta ese momento la supervivencia dependía de la caza, pesca y recolección de frutos, actividades que a menudo eran estacionales, como las migraciones de animales, o dependían del desarrollo biológico de los vegetales, lo que ponía en riesgo muchas veces su propia subsistencia al depender exclusivamente de recursos salvajes.


La domesticación, tanto de animales, la ganadería, como de plantas, la agricultura, permitió pasar a una economía de producción de alimentos, sin olvidar totalmente su modo de vida. El ganado suponía una reserva no solo de carne, sino también de productos secundarios como leche, lana, pelo, piel, huesos o estiércol. A través de la cría selectiva, la anatomía de los animales cambia, aumenta su tamaño, la lana es más abundante y suave, todo dirigido a buscar una mayor producción. El pastoreo es el origen del consumo de leche mas allá del periodo de lactancia en los humanos y de la tolerancia a la lactosa, esta alergia por gran parte de la población hace necesario la creación de nuevos recipientes para transformar la leche en queso y alimentar a más población.

La agricultura suponía más trabajo, tiempos de espera, nuevos útiles, pero garantizaba alimento a largo plazo y se podía almacenar el excedente, para eso se inventa la cerámica. Los grupos humanos se hicieron sedentarios, ya que había que controlar los cultivos, propiciando los excedentes un aumento de la población.

La importancia de la agricultura convirtió la molienda en una de las principales actividades, como demuestran los abundantes hallazgos de molinos en las excavaciones. Los molinos se fabricaban sobre piedras duras como el granito para evitar el desgaste por el continuo frotamiento. Constaban de dos partes: la de mayor tamaño, durmiente o inferior, se rebajaba por las caras para eliminar irregularidades y facilitar su estabilidad durante el trabajo, dejando la cara superior o activa alisada. El cereal se depositaba sobre esta cara. Mediante una mano o moledera también de piedra, de menor tamaño y forma circular u ovoide,  se generaba un movimiento de vaivén arriba y abajo hasta convertir el cereal o los frutos en harina.

La molienda se realizaba dentro de las viviendas o en las inmediaciones, utilizando esteras para el suelo y así evitar la perdida del cereal. Este trabajo era realizado frecuentemente por mujeres; la prolongada posición, arrodillada y encorvada sobre la piedra de moler, en la que se realizaba el trabajo, provocaba lesiones lumbares y episodios de artrosis sobre todo en codos y muñecas.

Esta pieza fue recuperada en las excavaciones llevadas a cabo entre los años 2001 y 2002, los análisis realizados detectaron la presencia de restos de cereales y  bellotas que serían molidos para convertirlos en harina y permitir así una mejor conservación.

lunes, 23 de abril de 2012

Salgueiro Maia. El héroe de la Revolución de los Claveles



Del 24 de Abril al 27 de Mayo

En colaboración con la Câmara Municipal de Castelo de Vide (Portugal), el Museo de Cáceres presenta una exposición biográfica y evocativa del héroe nacional portugués, Fernando José Salgueiro Maia (1944-1992), el capitán que el 25 de Abril de 1974 se enfrentó al antiguo régimen dictatorial portugués.
Este padre de la democracia portuguesa es natural de Castelo de Vide, tierra vecina y amiga de Cáceres, a la que Salgueiro Maia dejó su legado personal.
Su legado constituye hoy un patrimonio que refleja la personalidad de quien es indudablemente una de las figuras más notables de la Historia Contemporánea portuguesa.
Invitamos a conocer algunos fragmentos de ese patrimonio que une el material bélico con los claveles de la libertad y la convivencia para nuestro querido pueblo portugués.

Inauguración: Martes, 24 de Abril de 2012 a las 20,30 h.



IV Encuentro Mouseion





Alcántara y Malpartida de Cáceres, del 20 al 22 de Abril de 2012


La Museología del siglo XXI, sea de museos grandes o pequeños, nacionales o locales, necesita adaptar sus principios y valores de identidad y preservación del Patrimonio a los nuevos tiempos de la Interculturalidad y la Inclusión. Son las nuevas misiones de los museos que la evolución social y cultural que viene procesándose desde finales del siglo XX exigen al museólogo: museos de todos y para todos, donde todos se sientan integrados y donde la cultura museológica deje de ser estereotipo de un pasado de gloria para comunicar, con todo el abanico de su riqueza patrimonial, nuevas formas de identidad y mestizaje y nuevos contextos de solidaridad.
           
Para debatir sobre esta nueva misión, los museos de la Red Euroace (Alentejo – Centro – Extremadura) han celebrado este IV Encuentro en Alcántara y en Malpartida de Cáceres el pasado fin de semana, en un ambiente de debate enriquecedor y de amistad transfronteriza.

El programa del encuentro se ha ajustado a las previsiones marcadas, incluyendo las siguientes intervenciones

Viernes, 20 de Abril
Conventual de San Benito de Alcántara

10:00. Palabras de bienvenida (Ilma. Sra. Directora General de Patrimonio Cultural y Sr. Alcalde de Alcántara)
10:30. Conferencia de apertura. Inclusión e Interculturalidad: Las nuevas misiones de los  museos, por Pedro Lavado Paradinas, conservador de Museos (Ministerio de Educación y Cultura)
11:30. Mesa redonda: La inclusión, los museos y la Raya, con la participación de Humberto Neves Henriques (Associação dos Cegos e Amblíopes de Portugal), Manuela Calvo (Asociación para la Atención y la Integración Social de las personas con Discapacidad Física de Extremadura), Juan José Villarroel (Universitat de València), Susana Menezes (Museu da Chapelaria de São João da Madeira) y Luisa Capelo, Cristina Granada y Graça Ventura (Escola Faria de Vasconcelos, Castelo Branco).  
Moderó Aida Rechena (Museu de Francisco Tavares Proença Júnior de Castelo Branco).
16:00. Conferencias para debate: Museos de todos, por Mercedes Stoffel (MINOM), y Luis Sáez  (Debajo del Sombrero).
17:00. Debate
18:00. Visita guiada al puente de Alcántara
21:30. Visita nocturna ambientada a Alcántara

Sábado, 21 de Abril
Conventual de San Benito de Alcántara

9:00. Visita al Centro de Interpretación del Parque Natural del Tajo Internacional
10:00. Mesa redonda: Interculturalidad y museos en la Raya, participaron Mayte Suárez (Secretariado Gitano), Elisa Tavares (Centro de Estudios Brasileños, Salamanca) y Marta Bronzin (International  Organization for Migration). Moderó Ana Carro (Asociación Española de Museólogos).
12:00. Conferencia para debate: Las tardes interculturales y las comunidades migrantes, por Isabel Víctor y Lucinda Fernandes (Instituto de Museus e Conservação / Museu do Trabalho de Setúbal).
13:00. Debate
16:00. Comunicaciones libres, presentadas por Juan García Sandoval (Museo de Bellas Artes de Murcia) y Juan Pedro Moreno Carrasco (Museo de la Cárcel Real de Coria)
16:45. Conferencia de clausura: Los museos en el nuevo mundo de la interculturalidad, por Cláudio Torres (Museu de Mértola).
18:00. Clausura presidida por la Excma. Sra. Consejera de Educación y Cultura del Gobierno de Extremadura.

Domingo, 22 de Abril
Malpartida de Cáceres

10:00. Conclusiones finales, en el Centro de Interpretación de las Vías Pecuarias
12:00. Visita al Museo Vostell Malpartida y despedida

Se puede encontrar toda la información e imágenes del Encuentro en el muro de Facebook de la plataforma
https://www.facebook.com/mouseion


lunes, 16 de abril de 2012

Presentación de "Treinta y tres"


Martes, 17 de Abril a las 20,30 horas
 
Presentación del libro de poesía “Treinta y tres”, publicado por el socio de “Adaegina” Vicente Rodríguez Lázaro. 
El acto es público y la asistencia libre y gratuita. 
 
 

lunes, 2 de abril de 2012

La pieza del mes. Abril de 2012




«Olivos y encinas» (1973)
Óleo sobre lienzo
Godofredo Ortega Muñoz (San Vicente de Alcántara, 1899 – Madrid, 1982)

El extremeño Godofredo Ortega Muñoz nació en 1899, aunque en sus catálogos y reseñas biográficas consta 1905 como año de su nacimiento, dato que el propio artista nunca se preocupó por cambiar. Es considerado como el gran renovador del paisajismo en España a mediados del siglo XX, junto a Benjamín Palencia y Vázquez Díaz.

Durante los años veinte realizó numerosos viajes, fijando por un tiempo su residencia en Italia, de donde le quedó una gran devoción por los grandes primitivos como Piero della Francesca, Giotto o Cimabue, a la que se une la influencia de Giorgio de Chirico y Carlo Carrá, creando en ocasiones obras con un cierto clima metafísico. De la pintura española, aparte de su paisano Zurbarán, le interesa especialmente Gutiérrez Solana, admiración compatible con la que también siente por Picasso y Juan Gris.

Tras la guerra civil se traslada a Valencia de Alcántara, distante de las primeras vanguardias que entonces se estaban gestando, pero sobre todo y muy especialmente, de las distintas variaciones del academicismo reinante. Y ya en los años cincuenta se instala definitivamente en Madrid, aunque sin perder el contacto con Extremadura. Es a partir de esta década cuando decide abandonar las composiciones de figuras, los retratos y los bodegones para dedicarse en exclusiva al paisaje.

Sencillez, austeridad, calma, sobriedad, estoicismo, silencio... son los términos que se vienen a la cabeza al contemplar un paisaje de Ortega Muñoz. Sus paisajes muestran la atemporalidad característica del autor, huyen de la exuberancia de la Naturaleza. Su interés se centra en la tierra dura y seca, en los árboles aislados que destacan en ella, creando un ritmo a través de la repetición. Ortega Muñoz elimina los aspectos anecdóticos, lo accidental, consiguiendo transmitir esa sensación de silencio y soledad. Utiliza recursos plásticos comunes a Solana: el uso de la línea gruesa en la delimitación de las cosas, el juego de ocres y negros, el tratamiento de la luz, el punto de vista... pero, a diferencia de éste, carece del regusto por lo polvoriento y lo sórdido, por la “mugre” solanesca. El mundo de Ortega Muñoz es mucho menos agresivo, más contenido en su expresión.

En su obra, como en la de muchos de sus contemporáneos, no hay apenas “evolución”, sino un volver y volver, extrayendo cada vez acentos nuevos de su sentimiento del paisaje, un paisaje que nos hace ver con sus ojos.

La Junta de Extremadura, en 2010, depositó en el Museo de Cáceres “Olivos y encinas”, junto a otras dos obras de Ortega Muñoz; de esta manera se cubre una importante laguna que presentaba este Museo y se enriquece enormemente la colección de la sección de Bellas Artes, al poder contar con obras de uno de los artistas extremeños que goza mayor reconocimiento universal.