Gazpachera
Madera
Provincia de Cáceres
El gazpacho es un plato de la cocina tradicional que se encuentra muy extendido por el centro y sur de la Península Ibérica con numerosas variantes locales, pudiendo decirse que se encuentra entre las especialidades más populares de la gastronomía estival española.
En realidad, el gazpacho es una sopa fría que cumple una importante función refrescante en el tiempo de verano, y además resulta barata y sencilla de preparar dado que permite aprovechar el pan de días anteriores y los restantes ingredientes son hortalizas y productos fácilmente disponibles y de bajo precio.
Precisamente, la popularidad de este plato ha hecho que cada región, cada provincia, y casi puede decirse que cada familia tenga su propia receta con una amplia variación de unas a otras. Los componentes básicos del gazpacho cacereño son el tomate, el pimiento rojo y verde, cebolla, ajo, pan, aceite, vinagre y sal, aunque también hay quien le añade poleo, huevo cocido o incluso jamón. Tradicionalmente los ingredientes básicos se troceaban, si bien la incorporación de las batidoras eléctricas ha hecho que suela triturarse toda la mezcla aun cuando se sigan añadiendo algunos trozos de tomate a la sopa.
Como es natural, el gazpacho ha formado parte muy importante de la alimentación, también en el caso de los trabajadores del campo, por lo que ha sido preciso disponer de sencillos enseres para la preparación del alimento fuera de las comodidades del hogar. De ahí el uso de gazpacheras de madera resistentes a los golpes que pueden recibir en el transporte o en el majado de los ingredientes; podemos encontrar estas fuentes o lebrillos de madera en tamaños muy diferentes según el número de comensales, y solían hacerse de madera de encina, de olivo o incluso de raíz de fresno; las gazpacheras de mayor tamaño eran las utilizadas por las cuadrillas de segadores durante el tiempo de la cosecha del cereal, formando parte del precario ajuar que llevaban consigo en sus desplazamientos.
La gazpachera que exponemos está realizada en madera de encina y es de una pieza, habiendo sido reparada con lañas o grapas en algún momento durante el tiempo que estuvo en uso. Fue recogida por la Diputación de Cáceres en una localidad cacereña sin determinar en el año 1984, y posteriormente depositada en el Museo de Cáceres, pasando a formar parte de su colección etnográfica.